Ingreso a BancoEstado en 1976. Con 18 años fue auxiliar de la Oficina Principal, rol que ocupó hasta que fue trasladado a la planta administrativa y comenzó su periplo por distintas sucursales de la Región Metropolitana: Puente Alto, Bandera, Conchalí y Avenida Matta.
Iniciaba una carrera ascendente. En cada oficina, junto con demostrar su capacidad profesional, aportó al desarrollo de climas laborales de calidad. Reconocido por sus condiciones humanas, fue un trabajador que cultivó estrechos vínculos de amistad y que representó fielmente el espíritu de la “Familia BancoEstado”.
“Estoy orgulloso de lo conseguido a lo largo de estos años, porque es el fruto de mi trabajo, de nunca olvidar mis orígenes. Reconocer siempre de donde vine, me permitió valorar cada logro y enfrentar los desafíos con un sentido más humano, aprendiendo a escuchar, a contener, entendiendo que detrás de cada colega, hay un ser humano», señaló Carlos.
“En ese contexto, quiero resaltar al subgerente de la Metropolitana Poniente, Francisco Javier Rojas; al agente de la sucursal Avenida Matta, Juan Carlos Gessler y a mis colegas, Carolina Rojas, Romina Martínez, José Sanhueza y a todos los trabajadores de Avenida Matta, quienes fueron parte importante de mi última etapa al interior de la empresa y con los cuales desarrollé un vinculo fraterno, de respeto, comprensión y apoyo”.
A la par de su destacada carrera profesional, fue demostrando una fuerte vocación social, ligada al deporte y al trabajo solidario. Fue secretario de la Directiva del “Aguirre Marín”, presidente de su Rama de Futbol; dirigente de la extinta Asociación Deportiva Santiago Sur; director de la CODEBECH y tesorero, durante 10 años, de la Rama de Tenis del Banco, además de delegado sindical por mucho tiempo.
“Desde siempre me gusto participar, compartir, ir más allá de lo profesional, ayudando y generando vínculos con otros colegas, canalizando mi vocación de servicio. Por eso agradezco a todos quienes me permitieron desarrollar esta inquietud, en especial, a Magaly Díaz como presidenta de la CODEBECH y a mi querido Sindicato, donde siempre más que dirigentes, encontré amigos”.
En el minuto del adiós, Carlos deja BancoEstado satisfecho y convencido de que, si volviera a nacer, volvería a trabajar en el Banco y a repetir su historia de superación, esfuerzo y compromiso.
“Amo BancoEstado, le debo mucho, es mi casa, ahí está una parte importante de mi vida, por eso los sentimientos son encontrados. Ahora queda mirar hacia el futuro, enfrentar nuevos desafíos, disfrutar de la familia, retomar el deporte, pero sin olvidar jamás todo lo que viví, para llegar hasta acá, para ser lo que soy”.
Finalmente, el agradecimiento más importante es para su familia, aquellos que lo acompañaron en este largo recorrido y que estuvieron siempre en “las buenas y en las malas”.
“Ellos han sido mi gran apoyo, mi esposa, Eliana Jara, mi compañera de vida hace 43 años; mis hijos Carlos y Natalia. Cada día agradezco a Dios por el milagro que significan en mi vida. Me hacen un hombre completo, feliz, orgulloso de mi historia, agradecido de la vida”, concluyó.