Los(as) dirigentes nacionales acudieron a la oficina de Pablo Correa y en una emotiva reunión, valoraron el aporte distintivo del ejecutivo en su calidad de vicepresidente, destacando su vínculo y fuerte identificación con la empresa y sus trabajadores, además del cambio generacional que significó su llegada.
«Sin dudas, Pablo no fue un vicepresidente más, sino que, desde el primer momento, asumió el cargo con una impronta distinta, participando activamente en el desarrollo de la institución y vinculándose directamente con los(as) trabajadores(as) y sus problemas, reconociendo que BancoEstado es más que una empresa: es una gran familia. Por eso, al momento del adiós, sentimos orgullo por la labor que realizó y esperamos que siempre se sienta parte de esta familia y que recuerde con alegría y nostalgia el compromiso y ejemplo de sus trabajadores(as)», señaló el presidente del Sindicato, Iván Ibáñez.
Por su parte, Pablo Correa resaltó la capacidad de diálogo y labor del Sindicato, y de cada uno de los funcionarios de BancoEstado, subrayando que, sin dudas, su experiencia en la institución, marca un antes y un después, en lo humano y profesional.
«Haber tenido la oportunidad y honor de contribuir a la historia de BancoEstado, en estos cuatro años, ha sido una de las experiencias más maravillosas que me ha regalado la vida. Me voy contento, lleno de emociones, pero sobre todo con una gratitud infinita hacia cada uno de los(as) funcionarios(as) de esta gran corporación».
